Esto es lo que ocurre cuando se envía una chica con su hermoso cuerpo pintado, en una soleada tarde de paseo por una de las calles más concurridas de la zona elegante y de moda Frederiksberg (cerca de la capital de la ciudad de Copenhague). Pero es lo que sucede cuando se decide a sentarse y disfrutar de una copa de vino lo que deja al resto de los comensales con la boca abierta.

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